Mi nombre es Laura, soy miembro de alcohólicos anónimos hace un poco más de 4 años.
Ingrese derrotada. Sabia… sabía que tenía problemas, con el consumo, pero todavía no tenía claro de que se trataba la enfermedad…
En Alcohólicos Anónimos me di cuenta de que la enfermedad es mucho más que el consumo, empecé a poder conocerme, empecé a darme cuenta de que se trataba, lo que me estaba pasando. Me di cuenta de que sola no podía.
En la comunidad encontré la contención y la comprensión de mis compañeros, todos de alguna manera u otra sufrimos lo mismo…
Pude encontrar la posibilidad de cambiar mi vida, a partir del conocimiento de mi enfermedad y de mi misma, esa es la propuesta del programa de Alcohólicos Anónimos.
Es al principio, por lo menos para mí, fue muy difícil aceptar mi enfermedad, si reconocía que tenía problemas. Pero una cosas es admitir otra cosa es aceptar. Con la ayuda de mis compañeros pude de apoco empezar aceptar, empezar a darme cuenta de que todas mis emociones, pensamientos y actitudes estaban atravesadas por mi enfermedad y el único modo que encontré de poder revertir y cambiar mi vida fue a partir de la pertenencia a ese espacio que para mí es sagrado. Yo creo que hay un poder superior. Y poder compartir con mis pares, con mis compañeros, es lo que me mantiene en mi sobriedad.
Tenemos un programa que lo practicamos las 24hs. Es un programa de vida, que me permite conocerme, comprenderme, perdonarme, es el espacio que de alguna manera me devolvió la ganas de vivir, y me mostró que había otro camino.
En el grupo conocí lo que es la responsabilidad. Yo soy responsable de la recuperación de mi enfermedad. Mi enfermedad no tiene cura, es una enfermedad para toda la vida, pero si soy responsable de mi recuperación. Yo por 24hs puedo detener a esa enfermedad.
Me devolvieron la fe y la esperanza para poder seguir adelante
Hoy no cambio, no cambio un segundo de mi vida de ahora por ni un segundo de lo que fue mi vida antes de ingresar a la comunidad.
En este tiempo pude recuperar la relación con mi hijo, pude recuperar la relación conmigo misma, cosa de la que huía escondiéndome detrás del consumo. Y a partir de eso y de poder hacer servicio dentro del grupo pude también desarrollar la responsabilidad, la comprensión, el amor.
Ahí adentro me encontré con un grupo de gente que esta siempre. Ya no me siento más sola, ingrese totalmente derrotada, con un vacío enorme y sintiéndome muy sola. Hoy siento que no estoy más sola, tengo mi grupo, mi grupo base, tengo otros grupos y la posibilidad de recorrerlos, gracias a dios hay muchos y en todos lados. Me parece que es el espacio para poder darse una nueva oportunidad de vida, por que es posible, es posible…
Alcohólicos anónimos me devolvió la fe y la esperanza. Y por eso estoy agradecida.